lunes, 4 de febrero de 2013

La probabilidad frente a la divinidad

Parece ser que todavía existen personas que atribuyen la divinidad de un dios, el karma o lo que llaman destino a una acción que sucede de manera improbable o con un bajo porcentaje de probabilidad. Eso me parece algo realmente absurdo en pleno siglo XXI.

Para que se entienda, voy a por dos ejemplos completamente extremos:
Primer ejemplo: Supongamos que nunca he jugado a la primitiva, un día se me ocurre ir a sellar un boleto y me toca el premio máximo.
Segundo ejemplo: Un niño está jugando en la calle con sus amigos, la pelota sale a la carretera y el niño la persigue, de manera que un coche le atropella mortalmente.

¿Cuál es la probabilidad de que ambos casos sucedan? Se podría llegar a calcular, pero sin coger siquiera la calculadora ya os podréis suponer que la probabilidad es realmente baja.

Llegados a este punto, deberíamos preguntarnos: ¿Cuál ha sido la razón por la que me ha tocado la primitiva la primera vez que juego? ¿Cuál es el motivo por el que el coche, el niño y el balón coinciden en el mismo espacio-tiempo y sucede la tragedia? ¿Es simplemente probabilidad matemática? ¿Buena/Mala suerte? ¿Destino? ¿Ha sido obra de Dios o Alá?

Desde mi punto de vista, el cual creo que es el más racional, opino que ambos sucesos son simples matemáticas. En otras palabras, azar. La buena suerte sucede cuando el azar está de tu parte y la mala  suerte aparece cuando el azar te da la espalda. Es algo impredecible y que no se puede controlar. No podemos controlar de manera exacta qué números van a salir en la primitiva. Si alguien desea comprobarlo, existen bases de datos históricas que reflejan los seis números de la primitiva que más veces han aparecido en el sorteo. Id al estanco y sellar un boleto con esos seis números, no os tocará.

Ahora podríamos coger niños de 5 años y llevarlos cerca de una carretera, lanzarles una pelota sin saber si en ese momento pasan coches o no y esperar qué sucede. Existen cientos de variables que determinarían el futuro de ese niño: la velocidad del coche, los tiempos de respuesta del conductor y el niño para evitar el atropello, el estado de la carretera, que el atropello se produzca pero sólo sea leve, que sea grave pero no mortal, y así podíamos estar durante horas averiguando posibles condicionantes, los cuales se darían o no por medio del azar (en condiciones naturales).

Desde el punto de vista científico y racional ya hemos argumentado suficientemente por qué suceden esos 'milagros' o 'tragedias', que no volverán a repetirse en mucho tiempo o hasta que el azar caprichoso le apetezca volver a manifestarse.

Desde el punto de vista místico o religioso, ¿cuál es su argumentación? Lo que un católico seguramente diría es: "Dios ha querido que te toque la lotería", "Dios ha querido llevarse a ese niño al cielo". Pero, ¿por qué? ¿Ha venido Dios a contártelo? ¿Cómo alguien puede afirmar que un ser superior ha decidido arrebatarle un hijo a sus padres porque en el cielo estará mejor... en pleno siglo XXI?

Yo lo único que observo es que esas personas piensan así porque es como así les gustaría que fuera. Es una manera de autoconvencerse de algo que no tiene justificación. Se crean una realidad subjetiva para poder explicar la tristeza extrema, como la muerte, para que no parezca tan horrenda. Señores, la muerte es horrenda tanto para los católicos como para los islamistas, y la única posibilidad de retrasarla o evitarla es con la ayuda de la ciencia. 

Os animo a debatir este tema en los comentarios que podéis dejar aquí abajo o vía Twitter (@JoseMaria91_).